miércoles, 16 de julio de 2008

Boca es el Club Mas Rico

Boca vende orgullo, chapa y jugadores. En la actualidad, hasta le pagan por ver practicar al equipo. Razones y billetes del club más rico del país.
A Thierry Henry lo seducen los colores y el vínculo con Diego Maradona para considerarse un hincha vip. A Europa lo seduce la chapa de multicampeón sudamericano y paga para ver, por eso invita a una gira que incluye Grecia, Hungría y España a cambio de 1,5 millones de dólares. A Washington, capital top del planeta, lo seduce el hecho de mirar cómo corre el equipo en la ciudad y ofrece únicamente por ello (sin siquiera exigir un amistoso) varios billetes verdes. A Barcelona lo seduce invitar a un gigante para su famosa Copa Gamper.
Todos están seducidos por el Mundo Boca. Y Boca, claro, cobra, recibe, suma, saca pecho.
Aunque reniegue del apodo, Boca hoy es el millo-nario del fútbol argentino. El que recauda por nombre, jerarquía, popularidad y ventas. Sus negocios asoman casi perfectos.
Sacude y asombra con los 71 millones de dólares que, por caso, recibió en total por las ventas de Tevez, Gago y Banega, hombres de las Inferiores.
También deslumbra con las cifras en las que se desprende de jugadores que no son megaestrellas (ni titulares): Silvestre se fue al Catania en 4 millones de dólares, Ledesma al mismo club en 3,5 millones y Boselli a Estudiantes (pagarán 2,5 millones por el 50%).
Con sus plantitas salidas directo del semillero, a Boca le fue floreciendo una fortuna. Ni siquiera teniendo en cuenta los jugadores dejados libres (Marchant, Imboden, E. Herrera, Barbosa, Aróstegui, entre otros), el costo-beneficio parece tambalear.
Seba Battaglia y Nico Burdisso, dos históricos (ambos ganaron su primera Libertadores con 20 años) también se vendieron por una millonada: Seba se fue a Villarreal a cambio de 2,5 millones por el 50% de su pase y el defensor se fue a Inter por 4 millones.
Pero no sólo los grandes nombres salidos de la cantera llegaron a cifras fastuosas. También los menos conocidos ayudaron a inflar cifras imposibles para otro equipo argentino.
Por Emiliano Insúa, hoy en Liverpool, se recibieron 1,7 millones euros. Por Carlos Marinelli, enganche, ahora en la Major League, Middlesbrough pagó 4 millones en 1999. Por Bracamonte, Torpedo Metallurg dejó una valija con 1.100.000.
Un poco menos fueron pagando por Wilfredo Caballero, Alfredo Moreno (goleador en México), Christian Giménez, Fernando Ortiz, el paranaense Gastón Sangoy. Y las tres ventas de juveniles más recientes son las del entrerriano Bruno Urribarri (en diciembre) y la de Luis Ibáñez, ayer nomás. Más de dos millones entre los dos, apenas veintipico de años y un puñado de partidos en Primera (Ibáñez sólo 170 minutos).
Y todo, por supuesto, sin contar el as en la manga que todavía conserva Boca: Rodrigo Palacio, de irse en estas horas, dejará cuanto menos 25 millones de dólares. Si no, seguirá potenciado un equipo que es mirado con ojos de rico. Sobran razones. Y billetes.
(*) Publicado en diario Olé, el sábado 12 de julio de 2008.

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